Han pasado dos décadas desde la repentina partida de Rafael Orozco y su voz sigue viva, tan presente para quienes lo vieron cantar en vivo o crecieron disfrutando de sus producciones, como para las nuevas generaciones que en todos los rincones del país escuchan sus interpretaciones sabiéndolo ya muerto.
Unos y otros, por estos días, visitan la tumba del célebre cantante, en el cementerio Jardines del Recuerdo, de Barranquilla. Ese es el caso de Nataly Mejía, una bogotana de 19 años que heredó de sus padres el gusto por la música de este inolvidable artista vallenato.
“Me vine desde Bogotá porque amo la música de Rafa. Mis papás me inculcaron este amor desde que nací y fueron ellos quienes me impulsaron para que hiciera este viaje”, comenta la joven que llegó muy temprano al cementerio.
Desde otro punto del país, en Ábrego (Norte de Santander) , Henry Verjel alistó las maletas y desde el domingo, a las cinco de la tarde, llegó a Barranquilla, exclusivamente para ver la tumba de su ídolo.
“En mi casa todos los días se escucha la música de Rafa, ya sea en CD o porque yo la canté. Mi fanatismo es tal, que en el pueblo me dicen Rafael Orozco”, asegura este fanático que se une a la decena de seguidores que recuerdan a Rafa no sólo con su música y videos, sino también con sus prendas de vestir.
En una carpa, justo donde se realizó la eucaristía, se exhibían siete camisas y chaquetas donadas por Clara Cabello, esposa de Rafa, al grupo ‘Binomista seguidores por siempre’, prendas que son guardadas como un gran tesoro.
Sin importar la fecha o el clima, estos seguidores fieles mantendrán con vida el recuerdo de este gran cantante vallenato. Como ellos mismos lo aseguran, serán “Binomista hasta que la muerte los separe”.
De ídolo a imitador
Jorge Martínez, imitador de Rafael Orozco y ganador de la primera temporada del reality ‘Yo me llamo’ de Caracol Televisión, fue hasta Barranquilla para ser partícipe de este homenaje.Él aprovechó para cantar algunos temas de Rafa, que fueron coreados por sus seguidores y agradeció a Rafa por haber estado presente en la música vallenata.
Por su parte, Clara Cabello la viuda de Rafael Orozco, también se trasladó a la tumba de su última pareja. A su llegada al cementerio, los asistentes a este homenaje guardaron silencio y compartieron su dolor con ella. Clara no quiso dar declaraciones y se mostró muy afectada por la ausencia de Rafael.
